Entrevista a Joan Alegre en la revista Cuerpo Mente

“La medicina natural gana terreno”

Joan Alegre dirige la farmacia Coliseum y es un experto en homeopatía.

Hace 30 años Joan Alegre asistió en Valencia al primer curso sobre homeopatía que se celebró en España tras la llegada de la democracia. Recién licenciado en Farmacia decidió ayudar a que los médicos homeópatas y sus pacientes encontraran remedios de calidad. Hoy denuncia que las autoridades sanitarias españolas tienen bloqueado el desarrollo de la homeopatía, pues solo se autoriza la venta de los medicamentos aprobados antes del 1944.

Alegre nos recibe en su farmacia del centro de Barcelona. Conversamos entre estanterías repletas de remedios naturales y cientos de libros de homeopatía. Se explica con calma, con la seguridad y transparencia de las personas que viven de acuerdo consigo mismas.

Amor a la naturaleza

-¿Cuál es el origen de la farmacia Coliseum?

Mi abuelo compró la farmacia para mi padre en los años 50. Mi padre perteneció a la generación de catalanes que había creado un tejido industrial relacionado con el desarrollo de medicamentos para trastornos comunes como el dolor de muelas, de oído…

Montó un laboratorio al que se dedicaba más que a la venta a través de la farmacia.

-¿Y cuando entras tú en escena?

En 1979 acabé la carrera de Farmacia. Esos estudios respondían bastante a las preguntas que yo me hacía sobre el conocimiento de los seres vivos. La química me apasionaba y me gustaba el trabajo en el laboratorio que había visto de cerca en la farmacia de mi padre.

Al licenciarme viví la época de cambios que representó la llegada de la democracia, lo que me permitió abrirme a otras maneras de entender las cosas. Estuve dos años viviendo en el campo, haciendo agricultura ecológica, en una masía ubicada en un lugar idílico al que solo se podía acceder tras una hora caminando. En el campo entré en contacto con las plantas y los ciclos de la vida. En aquel ambiente nos interesamos además por el pacifismo- fui objetor de conciencia- y por el cuidado de la salud a través de la alimentación y las terapias naturales. Aquella época estuvo muy bien, tuve hijos muy pronto y me planteé volver a mi vocación, la farmacia, aunque de acuerdo con mis principios. Entonces, a los 26 años, le propuse a mi padre que orientáramos la farmacia hacia las medicinas naturales.

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Los primeros pasos

-¿Cómo lo hiciste?

Comencé a introducir productos naturales en torno a 1983. Conocí a Jordi Dalmau y Miguel Luqui, dos buenos médicos homeópatas, cuando la homeopatía casi no existía en España y acababan de aparecer los laboratorios Boiron y Dolisos. A estos médicos les interesaba que yo trajera medicamentos de la firma belga Homeoden, que eran elaborados según los principios de la homeopatía unicista clásica. Me gustó la idea y en 1985 nos dimos de alta como laboratorio homeopático (AIAPA) para trabajar con Homeoden.

Todavía no existía ninguna legislación sobre el medicamento homeopático, pero conseguimos ese permiso específico para elaborar, importar y exportar medicamentos.

Cuando viajaba casi me sentía como un contrabandista. Algunos productos estaban etiquetados con nombres como <> y similares; si me hubieran preguntado en la aduana no sé qué hubiera dicho. En 1995 fuimos absorbidos por la alemana Heel, hasta que en 2003 cerró la comercialización de glóbulos y gránulos para dedicarse solo a sus productos de homotoxicología.

“Desde 1994 se han creado muchos nuevos remedios homeopáticos, pero la ley impide venderlos en España”

-¿Existen problemas actualmente con el abastecimiento de remedios homeopáticos?

Sí, hay obstáculos legales. En 1990 apareció un artículo en la nueva ley del medicamento que hacía referencia al remedio homeopático, y en 1992 se aprobó una directiva europea que reguló la producción, distribución y comercialización de esos medicamentos y que debía trasponerse a la legislación española. En 1994, el Ministerio de Sanidad llamó a los laboratorios homeopáticos que vendían en España para que registraran sus medicamentos y quedaran oficializados. Así se hizo, pero el proceso ha quedado estancado. Esto significa que desde hace 17 años no se ha podido presentar ningún remedio nuevo. Durante este tiempo se han desarrollado muchos en el mundo, pero ninguno se puede vender en España.

Prohibido mejorar

-¿ Los homeópatas no pueden prescribir a sus pacientes las medicinas que necesitan?

Hay médicos homeópatas que desean utilizar remedios que han conocido en un curso o en una publicación especializada y no los encuentran en el mercado español. En Inglaterra y Francia hay muchos más medicamentos homeopáticos, pero podemos importarlos. Podría seguirse un proceso burocrático especial, pero habría que repetirlo en cada ocasión y retrasaría la llegada del medicamento. Es una situación rígida y los años pasan sin que nada cambie.

-¿Y qué hacen los médicos?

Se quejan, pero el Ministerio de Sanidad no reacciona y se espabilan como pueden. Ellos o los clientes pueden comprar los medicamentos en Inglaterra, por ejemplo. Los laboratorios también presionan, porque esta restricción no les permite introducir medicamentos nuevos, salvo productos cosméticos o alimentarios. Por la misma razón, laboratorios alemanes e ingleses de reconocido prestigio no pueden entrar en el mercado español.

El rigor de la ley

-¡Se dice que los medicamentos homeopáticos apenas están sujetos a control legal cuando lo que ocurre es que el control es paralizante!

Los laboratorios necesitan una autorización sanitaria específica para elaborar los remedios y deben hacerlo siguiendo las normas de la farmacopea homeopática de cada país, que establece cómo se obtienen las sustancias y cómo se trabajan. La producción de medicamentos homeopáticos está muy regulada.

-¿Los homeópatas y los laboratorios españoles no pueden entonces desarrollar remedios nuevos?

No, porque si todo sigue igual el Ministerio no recogerá la documentación y no los autorizará. Sí podrían realizar la investigación de manera personal e intentar su homologación en otros países.

-A estas dificultades se suma que existe una campaña casi permanente en contra de la homeopatía….

La suerte es que existe una directiva europea (2001/83/CE) que protege el medicamento homeopático por encima de opiniones, publicaciones u organizaciones que intentan desacreditarlo. Los autores de estudios que cuestionan la homeopatía no conocen sus principios y no tienen en cuenta que se debe analizar desde otro punto de vista. Además, otros muchos investigadores encuentran pruebas a favor. No veo que la actividad científica sea un problema para la homeopatía. El problema es de tipo legal.

Un foco de saber

-Contra viento y marea, continúas con la farmacia…

Nos mueve la intención de tratar la salud no solo con química. Los productos naturales plantean otra manera de vivir la salud y la recuperación de la enfermedad. Para promoverla, nos ponemos de acuerdo con profesionales de la salud. Todo esto hace que la farmacia crezca y ofrezca más servicios.

-¿Qué servicios ofrecéis?

A los profesionales les ofrecemos los productos que les pueden interesar.

Cuando un laboratorio introduce un remedio, si lo consideramos valioso tomamos un stock y lo presentamos a los médicos. Algunos pacientes pueden pedir consejo y se lo damos en el caso de patologías leves, pero la gran mayoría acude con receta. También somos distribuidores de productos a otras farmacias.

-¿El personal de Coliseum tiene una formación especial?

Los laboratorios se encargan de realizar la formación específica a todo el personal para que conozcan los productos y puedan responder a las preguntas de los clientes.

-¿Qué remedios vendéis?

Plantas medicinales, medicamentos homeopáticos, complementos nutricionales y de medicina ortomolecular, homotoxicología, medicina espagírica, remedios de la medicina tradicional…

-La fitoterapia china no es fácil de encontrar…

Empresas como Equisalud, Soria Natural o Athena trabajan con plantas ibéricas y las adaptan a la medicina china. También hay mucho interés en los preparados elaborados a partir de hongos orientales como shitake y maitake. Por su parte, Hifas da Terra, un laboratorio gallego, está haciendo un trabajo muy interesante con hongos ibéricos.

-¿Cuántos remedios homeopáticos distribuyes?

Más de 1500. Hay una categoría de remedios homeopáticos, los denominados policrestos, que son los de más uso porque tienen una sintomatología más amplia. Pero todos pueden ser útiles en algunos casos y por eso todos son importantes. De hecho, en España faltan remedios por las razones que he explicado.

Raíces profundas

-¿Supondría un ahorro incluir los remedios naturales, que suelen ser más baratos, en la Seguridad Social?

Sería ideal. Pero ahora nos conformaríamos con que desapareciera el cerrojo legal a la innovación en homeopatía. Porque es un bloqueo que no se entiende. Las farmacias no pueden vender los nuevos medicamentos y, fuera de ellas, no se pueden vender ni los nuevos ni los antiguos.

-¿La solución podría ser que en vez de medicamentos se consideraran complementos?

Acogerse a los reglamentos sanitarios obliga al cumplimiento de determinadas normas en la elaboración, lo que supone una garantía para los pacientes. La desregulación puede hacer que se vendan productos supuestamente homeopáticos con menos calidad y garantías. Pero si después de tantos años las autoridades no conocen la homeopatía, no la respetan y por tanto no la regulan, pues entonces casi sería mejor que fueran considerados complementos alimentarios.

-¿Resulta rentable una farmacia orientada a las medicinas naturales?

Tomamos la decisión de ir en ese sentido por una cuestión de principios, pero nos ha abierto un campo de negocio importante que yo desconocía. De hecho, abrirse a las medicinas naturales es una oportunidad para las farmacias que se encuentren en dificultades. Doy conferencias en el Colegio de Farmacéuticos y cada vez hay más interés entre los colegas.

El fotógrafo Ramón Buxó ha concluido su labor pero se ha quedado a escuchar a Joan Alegre. Su denuncia de las trabas que se ponen a la homeopatía le ha recordado las dificultades de su amigo Eric Mazataud para importar y comercializar plantas medicinales de la Amazonia. Barcelona es un pañuelo y resulta que Joan Alegre es amigo de Eric y le está ayudando a distribuir sus productos con la marca Aborigen. Raimon le pregunta:

-¿Cómo superaste las reticencias a aceptar los remedios que llegan de otras culturas?

Cuando empecé con la farmacia ya existía un caldo de cultivo en Barcelona, pues la homeopatía y las medicinas naturales habían alcanzado un gran nivel en el siglo XIX y hasta la Guerra Civil. Además, los médicos viajan o se forman con médicos extranjeros que vienen a impartir cursos en España. Había un interés entre los estudiantes de medicina. El franquismo casi acaba con la homeopatía, pero a finales del siglo XIX existían revistas, asociaciones y hospitales homeopáticos, como el Niño Dios de Barcelona. En 1924 se celebró un congreso organizado por la Academia Homeopática de Barcelona (Busca en su biblioteca, donde encuentra la reedición del libro con las ponencias de aquel congreso). Médicos españoles desarrollaron remedios como el Tarentula hispana. Es decir, en España existía una cultura homeopática que no desapareció del todo. En Barcelona se mantuvieron dos farmacias – Miserachs y Cercavins- que continuaron elaborando remedios homeopáticos para sus clientes. Este caldo de cultivo facilitó el renacimiento.

Curación personal

-¿Qué tipo de remedios prefieres para ti?

Si padeces una enfermedad crónica, creo que te puede ir muy bien seguir el tratamiento que te indique un homeópata, porque su objetivo es ir hasta el fondo y sacarte del proceso de la enfermedad. En 1998 me diagnosticaron artritis reumatoide, una enfermedad autoinmune. Tras probar con diferentes médicos homeópatas finalmente el Dr. Jordi Dalmau me indicó un remedio que me resulta de gran ayuda. Durante tres años estuve con muchas inflamaciones y dolores, tomando medicamentos alopáticos e incluso tuve que operarme del túnel carpiano.

Pero este remedio ha hecho que recupere una calidad de vida muy buena.

También me gusta combinar la homeopatía con la fitoterapia para trastornos leves y ocasionalmente puedo tomar vitaminas. Una inflamación respiratoria leve se puede tratar con jarabe de equinácea y tomillo, o con unas gotas de aceites esenciales. Muy pocas veces recurro a los antibióticos. Cada vez hay más cultura e información , incluso para el tratamiento natural de las enfermedades más importantes. A lo largo de los años he visto un cambio importante.

-Además de la farmacia tienes una buena biblioteca….

Es una biblioteca y librería sobre homeopatía y flores de Bach. Está a disposición de los profesionales y del público en general. Importamos libros de la India, México o donde sea que se publique algo interesante. Aunque cada vez los médicos y los particulares compran más a través de internet, me encanta llevar la librería porque me sirve para mantenerme informado y al día. Esta pasión me la contagió el propietario de Homeoden, Gilbert Denyss, que tenía una librería enorme, un edificio de cuatro plantas.

-¿Nunca te ha interesado ser terapeuta?

Me lo han preguntado a menudo, pero estoy satisfecho con mi ocupación, que es permanecer en contacto con médicos y proporcionarles los medicamentos que necesitan. Mantenemos un intercambio de información muy interesante. Además me llegan proyectos fantásticos, como el de la bióloga Núria Cuc, que nos pidió preparaciones homeopáticas para utilizarlas en agricultura ecológica. Le he enseñado a que se las prepare ella misma.

El agua como vía

-¿Tienes una teoría sobre cómo cura la homeopatía?

Para mí, el remedio homeopático aporta algún tipo de información que favorece la recuperación del estado de normalidad. Para entender esto conviene saber cómo se desarrollan los medicamentos homeopáticos. El remedio se experimenta en estudios en un grupo de 10 a 40 personas sanas que informan de los síntomas que asocian a la toma del medicamento. Se trata de experimentos a doble ciego, es decir, ni la persona ni el médico saben si esa sustancia es el remedio o bien un simple placebo. Si cuando la persona deja de tomar el medicamento los síntomas desaparecen, ese remedio puede servir entonces para tratar a los pacientes que muestran ese mismo tipo de síntomas.

Yo creo que el medicamento adecuado enseña al cuerpo a responder apropiadamente a las alteraciones, de manera que vuelve por sí mismo al estado de normalidad.

-¿Pero cómo produce el remedio ese efecto?

El cuerpo humano está compuesto en un 70% de agua. Cuando estamos enfermos, nuestro elemento agua también está modificado, alterado. Si pudiéramos estudiarla y analizarla con la suficiente profundidad, seguramente veríamos que no se encuentra como cuando estamos sanos. El remedio homeopático se elabora a partir de agua y al entrar en el cuerpo lleva el agua hacia el estado de salud. Esto es posible porque la preparación homeopática dinamizada cambia la estructura físico-química del agua, tal como han demostrado investigaciones como la del profesor Vittorio Elia. Los cambios en el agua son observables a través de espectrofotometrías o infrarrojos. Entonces el remedio homeopático puede provocar cambios en el agua corporal y favorecer la recuperación de la salud. El cerebro y el cuerpo entero poseen una memoria genética por la que saben cómo volver al equilibrio. Cuando esta respuesta no aparece, el remedio homeopático indica el cambio necesario a través del agua. Esa es la explicación que yo doy al efecto del remedio homeopático.

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