Propiedades del Agua de Mar

Las primeras formas de vida que se generaron en nuestro planeta eran bacterias unicelulares anaeróbicas que en su camino evolutivo, a lo largo de millones de años, llegaron a formar seres multicelulares complejos. La primera etapa de este largo recorrido tuvo lugar en el mar, por eso podemos considerarlo como el medio ancestral que nos ha generado. De hecho, la composición electrolítica del agua de mar es la misma que la de nuestro medio interno, a excepción del sodio, presente en nuestros líquidos en una cantidad 4 veces menor.

Esta similitud fue investigada en 1850 por el gran fisiólogo francés Claude Bernard, el primer científico en descubrir en el agua de mar un importante recurso terapéutico. Sus estudios fueron posteriormente desarrollados por René Quinton, otro fisiólogo francés que aplicó este remedio a su práctica clínica obteniendo sorprendentes resultados.

Un elemento curativo

Actualmente se ha demostrado la eficacia terapéutica del agua de mar a través de estudios que evidencian lo que anteriormente solo era una intuición: alcaliniza el pH y estimula la regeneración celular.

Por esta razón y por su moderada acción antiinflamatoria, se utiliza como complemento en el tratamiento de enfermedades reumáticas, autoinmunes, degenerativas, alergias y fibromialgia.

Asimismo se recomienda su uso durante curas depurativas y dietas adelgazantes, ya que tomada antes de las comidas ayuda a reducir la sensación de hambre y ansiedad.

Su aporte nutricional es considerable, pues los minerales presentes en esta agua son altamente biodisponbles debido a que el plancton marino los ha convertido en orgánicos.

Maneras de utilizarla

La forma más común de tomar el agua de mar es rebajada con agua de baja mineralización, es decir isotonizándola. Para conseguir el mismo equilibrio de minerales que tiene nuestro medio interno, se debe mezclar en la proporción de 1:3. Por ejemplo, un litro de agua isotonizada se compone de una parte de agua de mar (25 cc) y 3 de agua normal (75 cc). De esta manera se puede tomar sola o añadiéndole una cucharada de verde de trigo, cebada o alfalfa en polvo para obtener una mayor cantidad de minerales y más nutrientes, como por ejemplo la clorofila y varias vitaminas.

También se puede beber sin diluir, es decir, hipertónica. Eso sí, en pequeñas dosis para evitar un efecto purgante.

Si lo que queremos es conseguir una limpieza intestinal, beber un vaso de agua hipertónica nos ayudará a vaciar el colon. Y si queremos limpiar todo el tubo digestivo utilizando la técnica yóguica del Shank Prakshalana, será mejor utilizarla isotónica y dejarnos asesorar por un experto, por lo menos la primera vez.

En verano podemos añadir un chorrito de agua de mar a nuestros zumos o licuados.

Asimismo esta agua está muy recomendada para cocinar, sobre todo guisos, arroces, legumbres y pescados, a los que evidentemente no se les añadirá sal.

Utilizada como colutorio o en gargarismos, tonifica, desinfecta y desinflama las encías y toda la mucosa de la cavidad oral y la garganta. Su uso está especialmente indicado en el tratamiento de gingivitis, aftas y amigdalitis.

Dosis y precauciones

Como mantenimiento se recomienda tomar de uno a tres vasos de agua de mar isotónica al día: el primero y más importante en ayunas y los otros dos, opcionales, una hora antes de la comida y de la cena. Igualmente se puede tomar un cuarto de litro de agua de mar al día mezclada con tres cuartos de agua normal. En aplicaciones externas y orofaríngeas se puede utilizar pura.

Cuando se usa como complemento terapéutico en caso de enfermedad, es recomendable seguir las indicaciones de un dietista o naturópata, ya que cada situación es diferente y requiere pautas individualizadas, según el caso.

Las personas que sufren enfermedades renales, hipertensión y los que siguen una dieta baja en sodio, deben consultar con un especialista, antes de tomar agua de mar.

*Artículo cedido por la Revista Integral


CARLOTTA BERNARDINI Dietista, naturópata y terapeuta de Flores de Bach


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