El dolor muscular, también conocido como agujetas, es una parte normal del entrenamiento físico. Ni siquiera los expertos saben exactamente cómo se puede evitar, aunque existen algunas recomendaciones clave que puedes tener en cuenta para reducir su intensidad y duración.
En este artículo te vamos a mostrar qué son las agujetas, cómo tratarlas y algunas creencias falsas relacionadas con este tema.
Qué son las agujetas
Las agujetas describen a las molestias producidas por las microrroturas de las fibras musculares. Estas tienen lugar durante un entrenamiento físico o una actividad que involucre el esfuerzo de los músculos. Se curan, normalmente, por medio de una buena alimentación y descanso.
Suelen aparecer entre 24 y 72 horas después de hacer un esfuerzo físico. Su intensidad está marcada por la rutina de ejercicios realizada, por lo que si te has exigido pueden durar hasta cuatro días. El dolor muscular se manifiesta por medio de la hinchazón, pérdida de fuerza e incluso un aumento de la sensibilidad de la zona afectada.
Es posible encontrar una variedad de remedios recomendados por la naturopatía para solucionar este problema. También hay algunas recomendaciones básicas para reducir su frecuencia, como realizar ejercicio de manera progresiva e introducir una rutina de calentamiento completa, además de una buena hidratación.
¿Debo preocuparme?
Las agujetas no deben preocuparte, aunque el dolor que sientas sea intenso. Cualquier persona que se ejercite puede padecerlas en algún momento al ser una respuesta natural del cuerpo frente a la intensidad del ejercicio físico realizado.
Cómo se pueden tratar las agujetas
Existe una gran cantidad de métodos y remedios naturales disponibles en nuestra farmacia online para tratar esta incomodidad.
Estiramientos
Una de las mejores formas de eliminar rápidamente las agujetas es por medio de estiramientos suaves. Si las sufres de forma periódica, puedes incorporar ejercicios de elongación a lo largo del día. De esta forma, el músculo se mantiene activo y, además, se consigue aumentar su elasticidad.
Terapia con hielo
El frío puede reducir el impacto de las agujetas, ya que se producen a causa de la inflamación de las fibras musculares. El hielo o el agua fría desinflaman y alivian estos dolores.
La mejor opción es aplicar agua fría o hielo en un paño sobre la zona afectada, después de un entrenamiento, durante algunos minutos. Otra posibilidad es intercalar el frío y el calor para activar la circulación de una forma más eficiente.
Aceite de lavanda
Algunos aceites, como el de la lavanda recomendado por la naturopatía, tienen efectos asociados con la relajación muscular. Por lo tanto, pueden ser utilizados en caso de contracturas y agujetas.
Después de realizar ejercicio, puedes aplicarte en la zona una combinación de aceite de masajes con aceite de lavanda y gaulteria. Con esta mezcla puedes masajear la zona con suavidad hasta que absorba todo el aceite. Los efectos de la lavanda combinada con el masaje te permitirán recuperarte rápidamente de las molestias musculares.
Hidratación
En algunos casos, las agujetas se producen por haber perdido una gran cantidad de minerales durante el ejercicio físico. Para asegurar una recuperación rápida, necesitas mantenerte hidratado. Ten en cuenta que en algunos casos el agua no es suficiente y es necesario complementar con bebidas isotónicas como el agua de mar.
Es recomendable beber distintas bebidas a lo largo del día como zumos, infusiones y caldos. Es una buena manera de mantenerse hidratado. Recuerda consumir una cantidad aproximada de 2 litros al día. En caso de que realices un gran volumen de ejercicio, debes aumentar tu ingesta de líquidos.
Reposo
Una de las claves para evitar las agujetas es respetar los tiempos tanto de entrenamiento como de descanso. El ejercicio debe incrementarse de manera escalonada para que los músculos puedan adaptarse a esta nueva exigencia. Es necesario además permitirles recuperarse, después de cada sesión.
Suplementos de magnesio
Los suplementos de magnesio de nuestra parafarmacia online y los alimentos ricos en este mineral permiten que los músculos regresen a su estado normal. Entre estos alimentos destacan los vegetales de hoja verde, los frutos secos, algunas frutas y los cereales en general.
Plátanos
El plátano es una gran fuente de magnesio, pero además ofrece potasio y otros minerales relacionados con la aparición de las agujetas y el bienestar físico. La deshidratación contribuye a incrementar las molestias musculares, por lo que consumir magnesio y plátanos es una forma efectiva de mantener los niveles de minerales elevados y evitar las agujetas.
Mitos sobre las agujetas
Con el paso de los años se han formado distintas creencias falsas y mitos sobre el tratamiento de las agujetas que te mostraremos a continuación.
Ácido láctico
Anteriormente, se creía que las agujetas eran causadas por la acumulación y cristalización de ácido láctico que se producía durante la actividad metabólica en los músculos. Esta creencia fue desmentida en estudios recientes.
Agua con azúcar
El azúcar, se pensaba, contribuía a disolver el ácido láctico acumulado en los músculos. Por esa razón, se recomendaba ingerir agua con azúcar para combatirlas. Sin embargo, no tiene ningún efecto sobre el problema.
Bicarbonato
El bicarbonato de nuestra farmacia online junto con sales de frutas era recomendado para lidiar con las agujetas. No se ha encontrado ninguna prueba de que esta combinación podría aliviar el dolor.
Entrenamiento
Esta molestia no aparece a causa de un buen entrenamiento, aunque pueda servir de consuelo. Por lo general, se suele recomendar que no se retome la actividad física hasta que las zonas afectadas se hayan recuperado.
Aumentar el ejercicio
Realizar más ejercicio para combatir una microlesión en los músculos es una muy mala idea. La mejor alternativa es reposar hasta que el dolor desaparezca de las zonas afectadas y luego aumentar la intensidad del entrenamiento de forma gradual.
Conclusiones
Como pudiste leer, existe una gran variedad de soluciones para las agujetas. Sin embargo, debes tener en cuenta que ninguna es infalible, por lo que es importante mantener el ejercicio físico a una intensidad moderada hasta que tu cuerpo se acostumbre.
En caso de que sufras de este problema con frecuencia, te recomendamos que consultes con un profesional de la salud para que te facilite un tratamiento personalizado.