No se puede suprimir una parte de la ciencia porque no concuerde con los dogmas

*Fuente original: El correo.com

Luc Montagnier, premio Nobel de Medicina, descubrió el virus del VIH y años después apoyó la homeopatía. Sus experimentos sobre la memoria del agua son controvertidos

El francés Luc Montagnier se ganó el respeto de la comunidad científica cuando descubrió el virus VIH, causante del sida, y en 2008 ganó por ello el premio Nobel de Medicina. Las tornas cambiaron cuando hizo público un controvertido experimento que, según sostiene, demuestra que el agua tiene memoria. De ser cierta, esta conclusión avalaría las tesis de los defensores de la homeopatía. Montaigner acaba de asistir en San Sebastián al VII Congreso Nacional de la Homeopatía, organizado por la asociación vasconavarra.

– ¿Se ha ganado muchos enemigos por apoyar la homeopatía?

– Lo único que yo hago es describir científicamente mis experimentos. De ahí otros extraen conclusiones que sirven para la homeopatía.

– Para muchos usted ha pasado de ser un premio Nobel a ser un pseudocientífico.

– No estoy de acuerdo. Yo sigo haciendo mis investigaciones con la misma actitud que antes.

– ¿Qué diferencia hay entre la ciencia y la pseudociencia?

– Una pseudociencia es una ciencia en la que no se aceptan los hechos tal cual son.

– ¿Cuáles son sus hechos?

– Los hechos en los que trabajo, junto con más gente, se refieren a enfermedades crónicas. Me centro en la investigación sobre el Sida porque estoy buscando los factores infecciosos que afectan a esta enfermedad.

– Usted sostiene que ha demostrado con un experimento que el agua puede emitir y captar ondas electromagnéticas.

– Sí, eso es exacto, el agua de nuestro cuerpo es capaz de organizarse gracias a las moléculas de ADN, no es como el agua que se puede encontrar en el océano, por ejemplo.

– ¿Las señales electromagnéticas de una medicina original permanecen en el agua?

– Eso no puedo decirlo yo. Mis experimentos se centran en el ADN, yo no puedo decir que pase lo mismo con cualquier otra molécula.

– ¿Qué ocurre con las ondas electromagnéticas y el ADN?

– Las señales electromagnéticas encierran el ADN y es esa información la que se transmite. Lo más sorprendente es que se ha visto que es ADN fundamentalmente de agentes patógenos como bacterias y virus. El interés que tiene esto para la medicina es que se encuentran señales en sustancias dentro del cuerpo humano como el plasma.

– ¿Por qué se encuentran en agentes patógenos y no en los no patógenos?

La cuestión no está totalmente resuelta pero se cree que es por el estrés oxidativo que provocan los radicales libres en esas moléculas, que hace que estén en un estado epigenético.

«He publicado la verdad»

– ¿No tuvo miedo cuando decidió difundir el resultado de sus investigaciones?

– No. Lo único que he hecho ha sido publicar la verdad. Todo el mundo puede reproducir mis experimentos y puedo facilitar a cualquiera la información para hacerlo.

– Sin embargo, muchos científicos han desacreditado sus resultados. ¿Por qué lo hacen si según usted son tan claros?

– Cualquier persona que cuestiona los paradigmas existentes y crea paradigmas nuevos provoca cierta resistencia en el sector, por eso no me ha sorprendido lo que ha pasado. Además, pienso que hay intereses económicos potentes que se oponen a que salga a la luz esta información. Yo soy médico, estoy dedicado a la investigación de las causas de enfermedades crónicas que de momento no son curables, como el Alzheimer, cáncer o enfermedades cardiovasculares.

– Y el autismo.

– El autismo es una enfermedad compleja que tiene aspectos tanto psicológicos y de comportamiento como orgánicos. Junto con otros equipos hemos encontrado que puede haber un origen del autismo que es una infección bacteriana intestinal tanto en la sangre como en la mucosa intestinal. Esas bacterias traspasan otra barrera, que es la que hay entre la sangre y el cerebro. Hay otras causas como factores medioambientales a los que tomos estamos expuestos, como las radiaciones electromagnéticas. La prueba de que todo esto es así es que si se elimina esta infección bacteriana a través de un tratamiento de antibióticos suficientemente prolongado se produce una curación espectacular en muchos niños aquejados de autismo.

– ¿Es cierto que una sustancia se mantiene en el agua aunque ya no exista?

– No es que se retire la sustancia sino que el agua guarda una huella de esa sustancia porque tiene memoria de ella. Es absurdo decir que el agua no contiene nada porque sí que contiene. De hecho, decir eso es una de las principales críticas que se le hace a la homeopatía, pero sí que contiene porque tiene una huella estable de esa sustancia que ha estado en ella. Conserva la función y la forma del ADN, que es en lo que yo me centro, pero no sabría decir para otras sustancias.

– ¿El hecho de que el agua tenga memoria no significa que guarda la impronta de todas las sustancias con las que ha estado en contacto?

– Lo que hemos visto es que el agua puede almacenar esta información pero no todas las sustancias con las que está en contacto son tan estables como el ADN. Además, si luego está en contacto con otras cosas puede que esta información se pierda. Nosotros lo único que estamos diciendo es que en nuestros experimentos se observa que el agua tiene cierta capacidad de retener información.

– Pero las pastillas homeopáticas no tienen agua. ¿Dónde retienen la información?

– Los gránulos homeopáticos han sido fabricados a través de una disolución de agua. En teoría guardan información de ahí, pero no puedo decir más. Yo no soy homeópata.

– ¿Es cierto que el ADN se puede teletransportar?

– No se transporta el ADN, sino su información. Se puede digitalizar. Todos estos experimentos van a tener consecuencias importantes para muchas enfermedades.

– ¿Como el cáncer?

– En el congreso he hablado de experimentos sorprendentes y recientes sobre cómo se puede influir sobre células cancerosas enviándoles unas señales que permitirían a esas células fabricar ADN. Me resulta sorprendente incluso a mí.

«A gusto» en el debate sobre la homeopatía

– Los homeópatas han convertido sus experimentos en argumentos científicos a favor de la homeopatía. ¿Se siente cómodo en la lucha entre defensores y detractores?

– He aceptado participar en este congreso, así que obviamente me siento a gusto. En realidad, lo único que hago es explicar experimentos que pueden ayudar a explicar parte de cómo funciona la homeopatía, pero repito que no soy homeópata.Lo que sí puedo decir es que el principio que esgrimen muchos de que el agua solo es agua y no contiene nada es falso porque no solo yo, sino otros muchos investigadores, han demostrado que el agua líquida tiene estructuras que pueden contener y guardar moléculas biológicas.

– Lo que, según los homeópatas, les da la razón.

– Yo no voy a decir si la homeopatía es una ciencia verdadera o falsa o si tiene razón o no. Lo que sí digo es este principio de que el agua puede contener información.

– ¿Usted se medica con productos homeopáticos?

– No, pero tampoco estoy en contra. Además, está claro que una ciencia que lleva en vigor varios siglos, y de la que muchos dicen que funciona, no habría sobrevivido hasta ahora si la gente no hubiera experimentado curación o mejoría.

– Quizá se deba al efecto placebo.

– Hay quien dice eso, pero yo creo que hay que estar abiertos y no se puede suprimir una parte de la ciencia simplemente porque no concuerde con los dogmas actualmente vigentes. Todas las medicinas son buenas si funcionan y si curan usando el mecanismo que usen.

– ¿Se siente un científico marginal?

– Esa no sería la palabra. A los revolucionarios no se les puede considerar personas marginales.Al final ellos son los que se anticipan al futuro y lo que dicen se acaba aceptando como verdad. En nuestra sociedad hay muchas potencias económicas que no quieren que esa verdad se instaure y son las que están obstaculizando todo.

– ¿Se refiere a las compañías farmacéuticas?

– Yo solo digo potencias económicas, pero quizá las farmacéuticas deberían escucharme más.


*Fuente original: El correo.com