El yodo es un oligoelemento esencial que debemos obtener a través de la dieta y/o de suplementación. Su gran importancia para la salud hace imprescindible que conozcamos sus fuentes alimentarias, así como cuanta cantidad necesitamos y las repercusiones de tener un déficit o un exceso. Disfruta de un 10% de descuento en Coliseum online.

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¿Qué es y para qué sirve el yodo?

El yodo es un mineral traza que debemos ingerir cada día en pequeñas cantidades. Su función principal es sintetizar las hormonas T4 (tiroxina) y T3 (triyodotironina) en la tiroides, la glándula encargada de regular el metabolismo.

También es necesario para el crecimiento y el desarrollo neurológico del feto durante el embarazo y durante los primeros años de vida del niño.

¿En qué alimentos hay yodo?

El yodo se encuentra mayoritariamente de manera natural en los alimentos marinos, sobre todo en las algas y especialmente en el alga kelp, con la que se elaboran suplementos. También lo contienen las algas wakame y nori.

El bacalao, el atún, el calamar, las vieiras y las gambas son buena fuente de yodo, aunque dependerá de si provienen de piscifactoría o de mar y de la riqueza en yodo de esas aguas. Los lácteos son una buena fuente de yodo, en especial la leche, aunque dependerá de la alimentación que hayan llevado las vacas.

Los huevos, dependiendo también de la alimentación de las gallinas, podrían proporcionar cierta cantidad del mineral. Otras fuentes incluyen la alubia roja, las ciruelas y la guayaba feijoa.

Por último, una fuente fiable de yodo es la sal yodada. La sal se empezó a yodar como medida para prevenir un déficit de yodo en personas que vivían en zonas no costeras, y se ha convertido en una de las fuentes más habituales de yodo de hoy en día. De todas maneras, no hay que abusar de ella ya que un exceso comportaría riesgos cardiovasculares.

¿Cuánto yodo necesito?

Un adulto necesita alrededor de 150 mcg de yodo al día. Durante el embarazo, esta cantidad aumenta a 200 mcg y hasta 290 mcg durante el periodo de lactancia. Para bebés de hasta un año, la cantidad diaria recomendada es de entre 110 y 130 mcg, para niños de hasta ocho años 90 mcg y 130 mcg hasta los trece años.

Un déficit de yodo puede repercutir gravemente sobre nuestra salud, disminuyendo la producción de las hormonas tiroideas, lo cual causa hipotiroidismo. Esta enfermedad es un desajuste del metabolismo y suele cursar con bocio (agrandamiento de la tiroides), cansancio, fatiga, intolerancia al frío, disminución de memoria y de concentración, aumento de peso, depresión y estreñimiento, entre otros síntomas. A la larga puede ser la causa de obesidad, dolor articular, patologías cardíacas e infertilidad. En los peores casos, puede llegar a causar la muerte. Si la madre padece de hipotiroidismo durante el embarazo, el cerebro del bebé podría no formarse bien, afectando a sus capacidades intelectuales en el futuro.

Por otro lado, un exceso de yodo puede hacer que la tiroides secrete demasiada tiroxina, causando hipertiroidismo. Esta enfermedad causa un aceleramiento del metabolismo, y muchos de los síntomas que manifiesta son contrarios a los del hipotiroidismo, como pérdida de peso, intolerancia al calor y taquicardia. También cursa con temblores en las manos y bocio.

Recomendación de Farmacia Coliseum

Recomendamos una analítica de sangre previa a iniciar una suplementación con yodo; es preferible asegurarse de la necesidad de tomar un suplemento, puesto que el exceso de este oligoelemento podría ser perjudicial. Si lo necesitases, en Coliseum encontrarás los suplementos de mayor calidad.

No dudes en consultarnos cualquier duda a través de nuestro correo electrónico, WhatsApp o en nuestra oficina de farmacia.

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