Los antioxidantes siempre han sido un tema difícil de comprender y asociar fácilmente a un uso concreto, ya que tienen influencia en el funcionamiento global del organismo. En el cuerpo, por medio del metabolismo, se generan radicales libres que pueden dañar nuestras células y provocar enfermedades. También adquirimos sustancias oxidantes del medio ambiente, que suman efecto a estos.

Filtros activos

De forma endógena tenemos mecanismos para neutralizarlos, pero cuando no funcionan bien o hay un exceso de radicales libres, se da una situación llamada estrés oxidativo. Este provocará una degradación celular que nos conducirá a diferentes procesos patológicos. Son múltiples las enfermedades que se asocian a la oxidación como la aterosclerosis, enfermedades neurodegenerativas, hasta el cáncer. Otro proceso que no es patológico, pero que todos queremos evitar y se da en consecuencia de la oxidación es el envejecimiento. De ahí la importancia de mantener unos niveles óptimos de antioxidantes.

¿Cómo mejorar nuestro perfil oxidativo?

Tendremos dos frentes donde podemos actuar:

  • Endógenamente tenemos antioxidantes que nos ayudarán a compensar el exceso de estos radicales libres. Entre ellos encontramos la glutatión peroxidasa, la superóxido dismutasa, la catalasa, el ácido lipoico y la famosa coenzima Q10. El ejercicio moderado activa la SOD y catalasa, pero cuidado, porque si practicamos un exceso de deporte provocaremos el efecto inverso. Lo ideal será practicar a diario unos 50 minutos como máximo, alternando ejercicio aeróbico y anaeróbico.
  • Externamente, podremos incorporar antioxidantes a nuestro cuerpo por medio de la dieta. Vitaminas como la C, E y A, el selenio, los polifenoles, los betacarotenos (fuente de vitamina A) y muchos más ejercerán de antioxidantes muy poderosos en nuestro organismo. Así, debemos consumir a diario fuentes de estos, siendo prioritarias las verduras y frutas crudas o poco cocinadas por su contenido en estos compuestos. Por otra parte, es bien conocido que el exceso de calorías nos provoca una oxidación acelerada, ya que por la misma acción del metabolismo aparecen productos prooxidativos e incrementaremos su actividad. De esta forma, otra recomendación será moderar las calorías que ingerimos en un día, prestando especial atención a los hidratos de carbono.

Suplementos antioxidantes

Lo ideal será tomar mezclas de antioxidantes, pero según la necesidad se pueden priorizar unos u otros. De una forma básica, podemos dividir entre antioxidantes hidrosolubles que focalizarán su efecto en sistema circulatorio y linfático (vitamina c), liposolubles que centrarán su acción en órganos y substancias grasas como el hígado, el cerebro (vitamina e, coEQ10, palmitato ascorbilo) y mixtos (acido alfa lipoico). Combínelos con una buena dieta y ejercicio, y conseguirá evitar gran parte de dolencias provocadas por esta descompensación.

keyboard_arrow_down Seguir leyendo